Exponiendo la casuística actual (crecimiento poblacional, pandemia, guerras, cambio climático...), el científico y biólogo marino Carlos M. Duarte empezaba su ponencia en Encuentro de los Mares alertando que "la seguridad alimentaria está en peligro. Una de cada diez personas en el mundo sufre por hambre, y una de cada tres no accede a comida adecuada". Seguía relatando: "Entre 2015 y 2021, la población global afectada por desnutrición ha aumentado del 8 al casi 10% de la población global, y en este 2022 cerca de 3.100 millones de personas no pudieron hacer frente al coste de una dieta saludable".

Por todo ello, los superalimentos, alimentos asequibles de alto valor nutritivo y beneficiosos para la salud humana y ambiental, "son la mejor solución". Y, entre ellos, Duarte destacaba los superalimentos azules, los"super blue foods", con “blue” refiriéndose no solo a mar sino a agua, así que también entran los alimentos procedentes de la acuicultura. “Estos son fuente importante de micronutrientes esenciales, con un papel importante en reforzar nuestra salud mental, coronaria e inmunitaria. Además, tienen una baja huella de carbono, agua, pesticidas y herbicidas y son asequibles para todos por su bajo precio”.

Por ello, resumía, "los alimentos azules son una fuente importante de la dieta global", aunque “el mayor problema es cómo producirlos sin impactar en su biodiversidad. Tenemos que hacerlo de forma sostenible, regenerando los océanos”. “Y la acuicultura es una solución”. Una acuicultura que, a nivel global, empezó en los fiordos noruegos (con salmón) y en las rías gallegas (con el mejillón), una acuicultura que “ha resuelto problemas de hambruna a muchos millones de personas”.

Pormenorizando, el director científico de Encuentro de los Mares apuntaba justamente al mejillón pero también a los erizos de mar, las anémonas, las sardinas, las orejas de mar, las ostras, las macroalgas o los pepinos de mar como superalimentos marinos más sostenibles, “los que se debe promocionar por tener un nivel trófico bajo. La producción del mejillón es más sostenible que la del salmón o la del pulpo, y mucho mejor que la del atún, por lo que necesitan para crecer todos los animales. 1kg de mejillón necesita 10kg de plancton, y 1kg de atún, 10.000kg”.

Sin embargo, denunciaba, “estos superalimentos se utilizan ahora reducidos a harina y aceite de pescado como pienso para animales de acuicultura y pollos”, por lo que esperaba que la nueva acuicultura por la que hay que apostar esté “libre de subsidios de poblaciones salvajes. Es imprescindible cerrar el ciclo de producción en la propia granja. Tiene que ser saludable (sin subsidios de alimentos terrestres y en aguas libres de contaminantes), sostenible (centrada en niveles tróficos bajos) y regenerativa (que aporte hábitat para la biodiversidad, que secuestre carbono, que mejore la calidad del agua)”.

El biólogo acababa aseverando que los superalimentos azules son también “un nuevo camino, para evolucionar a partir de las miles de especies que aún no consumimos como detritívoros, herbívoros, hongos, bacterias o microalgas; como ya hace ángel León  con el arroz marino (que ya presentó el año pasado en este mismo congreso)”. Aunque para ello demandaba un proceso de cocreación entre científicos, cocineros, industria y comunicadores. Junto conseguiremos que los océanos se recuperen para 2050”.